Wednesday, October 17, 2007

ALLANANDO EL CAMINO PARA UNA TRANSICIÓN RAZONABLE

ALLANANDO EL CAMINO PARA UNA TRANSICIÓN RAZONABLE
2007-10-17. Página personal: http://es.geocities.com/libertadeopinion/
Pablo Felipe Pérez Goyry, Periodista Independiente

El final de la dictadura marxista-fidelista, es lioso de profetizar e
indescifrable sus consecuencias. Su agónico estado, requiere
conceptuarlo que está en cuidados intensivos y con pronóstico reservado.

Hay que sumar ―después de más de 14 meses de ser llevado de emergencia a
una cirugía intestinal, y transitoriamente delegara el poder a su
hermano Raúl― la aparición de Castro, sorpresivamente, durante el
programa dominical del gobernante venezolano Chávez, que se transmitió
desde la ciudad de Santa Clara, como homenaje al Che Guevara, en el 40
aniversario de la muerte del guerrillero de origen argentino, el
dictador cubano habló por teléfono con su discípulo.

Las opiniones no se han hecho esperar. Para Chávez, destrón del
castrismo, fue una oportunidad para el pueblo cubano escuchar "en vivo"
a Castro. Según El Nuevo Herald, el Departamento de Estado informó: "...
que le complacía que el presidente cubano Fidel Castro haya tenido un
diálogo con su colega venezolano Hugo Chávez, pero lamentaba que Castro
nunca tuviera una conversación parecida con el pueblo cubano".

El portavoz Tom Casey dijo: "Me complace que Fidel Castro haya tenido
una oportunidad de discutir cosas con su buen amigo el presidente
Chávez. Pero está muy mal que en casi medio siglo de desgobierno en Cuba
no haya tenido la misma conversación con su propio pueblo." Si fue en
vivo o grabado, el esperpento repitió cháchara, como nueva dosis para
buscar las cosquillas al embrollo y vivificar los arcanos.

No se puede negar que la "revolución cubana" se estructuró en sus
inicios con buenas intenciones. Los eventos han demostrado que se
convirtió para algunos en la salvación del universo, para otros (me
adhiero) en una dictadura o tiranía.

Desdichadamente, Castro tiene excelentes amigos, especialmente
trasnochados intelectuales izquierdistas de América Latina y gobernantes
encubridores, que aún en este momento son promovedores y adeptos al
misticismo de la "revolución fidelista". Con todo, creo en las personas
decentes que colaboran en la búsqueda que se pueda materializar la
Transición, aunque esta sea lenta en el quehacer y dilatada en el tiempo.

Así las cosas, para continuar en el poder, la dictadura eterniza el
anacrónico hermetismo y la reescritura de sus estrategias, con el
objetivo de desvirtuar la desharrapada existencia de los cubanos y el
inocultable desastre del marxismo-fidelismo.

Para las personas honestas, no es un secreto que Cuba está estancada y
asfixiada en la indigencia, la sociedad vive hastiada y en la
desesperanza. Aunque, pareciera que la generalidad de los cubanos están
resignados a ser zombis, tampoco es un secreto que actualmente el
archipiélago se debate entre el estatismo arcaico y una eventual
Transición democrática con libertad integral sin prejuicios y respeto
por los derechos políticos y civiles.

La visita a Cuba de Mijail Gorbachov (2 de abril de 1989) y los
acontecimientos posteriores en Europa Oriental, permitieron a muchos
cubanos percibir una enseñanza moderna para cómo pacíficamente dar
respuesta al problema cubano. Poco a poco, ha venido aliñándose en la
conciencia civilista y contestataria cubana que la Transición ocurrirá
inevitablemente.

A todas luces, el achacoso estado de la dictadura castrista indica su
final cercano. Aunque los esfuerzos del régimen, por desvirtuar esta
realidad, estén dirigidos a silenciar las voces de la oposición y la
opinión pública nacional e internacional. La última aparición de Castro,
vía telefónica, es una prueba. Juntamente, el pueblo cubano mal vive y
espera se devele la incógnita sobre cuál será el futuro de Cuba, después
de la muerte del comandante.

Mi punto de vista al respecto es que, no está inaccesible el día en que
los cubanos tengan la responsabilidad de realizar acciones políticas que
propugnen limitar el poder del nuevo Estado y establecer marcos legales
como soporte del Estado de Derecho. De igual manera, será necesario
unificar esfuerzos para defender el respeto a la libertad individual, la
propiedad privada, y la garantía de la equidad ante las leyes.

También, erigir la infraestructura de una globalizada economía de
dinámica competencia, con libertad comercial y libre empresa, así como
el sostenimiento de un sistema monetario que impida al gobierno la
morbosa especulación inflacionaria.

Por lo dicho y por decir, la Transición es símbolo de progreso y
bienestar para todos los cubanos, sin excepción, estén en Cuba o fuera.
El cambio, más que un deseo es una necesidad impostergable.

Definitivamente, por todas las razones expuestas y las acciones
sistemáticas de la oposición ―interna y externa―, son evidencias de que
adelantadamente se está allanando el camino para una Transición
razonable, y es el mejor síntoma de se está hollando con paso firme el
sendero que conduce a la reedificación coherente de la República.

Cuando se llegue a la meta, con la mano en el corazón y a los pies de la
Patria, será menester dar fe del deber cumplido. Empero... dejo al
paciente leedor la pregunta que inquieta el espíritu: ¿La nación cubana
está preparada para una transición? Tiene la palabra amiga, amigo...
¡NAMASTE!

Ciudad de la Eterna Primavera, 16 de octubre de 2007.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=12190

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