Inspectores en ferias de la capital
LA HABANA, Cuba - 2 de octubre (Fabián D. Arcos / www.cubanet.org) - Las
ya tradicionales y necesarias ferias agropecuarias y de servicios que
durante los últimos domingos de cada mes se realizan en todos los
municipios de la capital, fueron blancos de los inspectores de precios
del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) en coordinación con la policía.
Numerosos vendedores fueron multados por ofertar sus productos por
encima del precio acordado para la venta. A los que se negaban a vender
a los precios fijados, se les incautaban las mercancías.
Los precios de los productos agropecuarios e industriales que se venden
son menores a los existentes en los mercados agropecuarios y de precios
topados, donde rige la ley de la oferta y la demanda. Esa es la razón
por la que miles de capitalinos aguarden por las ferias para comprar
cantidades que le permitan abaratar el excesivo pago que tienen que
realizar por la alimentación diaria.
Si bien la labor de los inspectores y las fuerzas del orden podría
evaluarse como positiva, ya que protegen la economía de los compradores,
los consumidores los criticaban. De forma casi desesperadas les pedían a
los vendedores que les dieran sus productos pagando el precio que
pedían. De no poderlos comprar tendrían que pagarlos más caros, o lo
peor, no adquirirlos.
La problemática de los precios es de las más difíciles en el análisis de
la economía interna cubana. El propio gobernante en funciones en su
discurso del pasado 26 de julio reconoció que los salarios no se
corresponden con las necesidades básicas de la población. Un estado que
de forma anárquica ha establecido una política de precios y salarios
absurda es el único responsable del drama alimentario que se vive a
diario en casi todas las familias cubanas.
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