2007-10-17.
Jaime Leygonier, Periodista Independiente
La Habana, 1 de octubre, 2007.- Agradezco las notas que recibí sobre mi
comentario "Problemas de la oposición cubana", opiniones a veces
críticas que merecen más explicación.
En síntesis, planteé como dificultades de la oposición el que dirigentes
en Cuba adolecen de un personalismo que los aísla y de un inmovilismo
similar al del Régimen. Necesitan acometer acciones pacíficas que les
permitan ganar influencia sobre el pueblo y ganar el poder al que tanto
se aferra la cúpula que –ahora sin Fidel Castro– continúa por inercia la
dictadura.
Cúpula que se muestra tan desnuda de ideas y de voluntad -como
temerosa-para promover el menor cambio político o social.
Creo que hablar de diálogo sin presionar para que ocurra, esperar como
el musulmán fatalista a que las cosas ocurran solas, únicamente llevará
a que la cúpula gane tiempo en su deseo de eternizarse en el poder.
Advierto -evitando nombres- contra algunos "oportunistas de izquierda"
que so capa de "diálogo" parecen más dispuestos a aliarse con el Régimen
y con aquellos extranjeros que le hacen el juego al Régimen.
Y que llegan hasta a promover a Raúl Castro como al príncipe azul del
cambios: organizado, un poquitico menos violador de los derechos
humanos, etc.
No propugno la violencia, pero la lucha pacífica es lucha,
¡dificilísima! en que la violencia está sólo del lado del opresor que se
desmoraliza violentando a los pacíficos.
Pero YA la violencia impera aquí: en las peleas domésticas, las peleas a
cuchilla entre escolares, en el más alto índice de suicidios del
continente, en esa otra forma de suicidio de los jóvenes que se lanzan
al mar en balsas, en la tortura diaria a presos que no pueden esperar el
tiempo de los teóricos de la inacción.
Y si la lucha pacífica fracasa, es cuestión de tiempo que esa violencia
acumulada y potenciada por la desesperanza se vuelva contra su causa
originaria: El Estado opresor.
Y en caso de estallido popular ni los gobernantes desacreditados ni los
opositores que no hayan ganado crédito tendrán voz para contener y guiar
al pueblo.
La divulgación de mis opiniones coincidió con que Marta Beatriz Roque
Cabello convocó a los opositores a protestar ante el Ministerio de
Justicia por el trato inhumano a los presos.
Otras protestas ocurrieron en Las Villas y en Santiago de Cuba. Otras
más estallarán espontáneas o convocadas por opositores.
El Régimen acudió a lo único que sabe hacer: reprimir. Pero soltó a los
que arrestó. Y sabemos que no los soltó por bondad.
Parecido ocurrió el pasado 10 de diciembre cuando una docena de
opositores pacíficos con el Dr. Darsi Ferrer a la cabeza fueron a
conmemorar pacíficamente el aniversario de la Declaración Universal de
los Derechos Humanos ante la sede de la U.N.E.S.C.O. y se sometieron
allí a las vejaciones de la turba paramilitar.
Ocurrió cuando la oposición y la cúpula de poder permanecían como
congeladas por el decreto –o libreto- con que Fidel Castro desapareció ´
prestando" sus poderes a su hermano Raúl. Y ni siquiera los descongeló
esa oportuna hombrada .
En La Habana, humildes bici taxistas sindicalizados ilegalmente han
conseguido en un par de ocasiones que la policía les devuelva sus carros
decomisados. ¿Qué hicieron? Advirtieron a los policías de que eran" de
los derechos humanos "y que se plantarían ante la unidad policial hasta
que devolvieran la propiedad confiscada al propietario.
Sin prensa, hombres humildísimos, se citaban unos a otros para reunirse
ante la Unidad policial de Zanja y Dragones en que otras veces han
recibido golpizas.
Horas después la policía sin arrestar ni golpear devolvió los bici taxis.
Gandhi y Martin Luther King no hubieran sido más que aficionados a sus
causas sociales si sus partidarios no hubieran salido a la calle
–pacíficamente– a ser presos, encarcelados y hasta muertos.
No fueron las declaraciones y artículos de King, fueron los jóvenes
negros sentados en las cafeterías de los Ten cens.
No fue que las cosas ocurrieron solas, al diálogo se llegó presionando.
Por supuesto que actuaron en sociedades fundadas en la Ley, no en el
totalitarismo .Y había más decencia en las uñas del Virreinato Inglés
que en todas las cabezas que desgobiernan a Cuba.
Pero en Cuba el Régimen se debate entre su necesidad de reprimir y su
necesidad de tener buena propaganda .No respetan su
constitución-coartada, pero evitan hacernos mártires.
Pues a trabajar en el camino del martirio.
¿Exaltan las singularidades supuestas de Cuba? Ningún país del campo
socialista cambió en la misma forma, pero todos los cambios sí son
iguales en que ningún país cambió sin hacer nada.
Ningún opresor se aburrirá de oprimir, de ser general, de vivir en
mansiones que no construyó, ninguno renunciará al cuento de que ellos
son los héroes de su gran revolución ni se sobrepondrá al miedo a rendir
cuentas.
Ningún anciano hará reformas, por la sencilla razón de que no es propio
de la edad. Los ancianos no hacen cambios ni de costumbres ni de muebles
.Y si los obligan, mueren a poco de retirarse del trabajo o pierden la
razón al mudarse de casa. La gerontocracia parásita que destruye a Cuba
ha demostrado que no es la excepción de la regla.
Cierto, no soy dirigente, pero como periodista puedo comentar el momento
que vivimos y como cubano pedirle a los dirigentes que actúen .Y escribo
en Cuba al alcance de la policía política. No exijo desde otro país.
Los que jamás creen llegado el momento, los que nos quieren calcar de
China y hasta de una U.R.S.S. en que Raúl Castro sería Breshniev y hay
que empujárselo hasta que muera y venga un Andropov, etc. piensen que no
son ni dirigentes ni opositores si no HACEN que ocurran acontecimientos,
piensen que mucha gente no tiene tiempo porque va a morir en la cárcel o
en la calle si no se produce el cambio.
Y que si en este momento de máxima debilidad del régimen los pacíficos
no obtienen el cambio, cargan con la responsabilidad por esas muertes
por retraso y por las violencias y muertes que ocasione mañana el
posible baño de sangre.
Al arma del Estado -nuestro miedo -tenemos una única forma de
enfrentarnos: aceptar lo que venga. El precio a pagar por conducirnos
como libres ante el estado esclavizador.
La consigna gubernamental "Paria o muerte" significa en la realidad que
la cúpula tomó como rehén a la Patria, dispuesta a destruirla si no se
les tolera como amos -violadores que gritan:" O mía o de nadie"-. Pero
como igualmente la está destruyendo y la somete a diario a peligros, los
opositores tenemos que ser los verdaderamente dispuestos a ir a la
muerte para que los cubanos no sigamos siendo parias despojados de
patria por esos violadores.
Los Walesa a la cubana, ante la cerca cerrada del astillero tienen que
treparla y no retirarse a sus casas a divulgar comunicados y cartas de
queja al Gobierno por haber cerrado la cerca.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=12202
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