Sunday, October 10, 2010

ALARMA EN LA HABANA

ALARMA EN LA HABANA
10-10-2010.
Antonio Llaca

(www.miscelaneasdecuba.net).- El reciente anuncio por parte de la
Central de Trabajadores de Cuba de la reducción de 500,000 puestos de
trabajo para los próximos meses en el mayoritario sector estatal de la
economía ha hecho sonar con fuerza una vez más las alarmas en una
población que verá afectado el ya de por si bajo nivel de vida de al
menos una décima parte de su habitantes en el futuro inmediato.

La cifra, aterradora, se muestra espeluznante al conocer que una vez
alcanzado este número (a cumplirse en el primer trimestre del año
próximo) continuará la ola de despidos hasta un total que oscilará entre
un millón-un millón trescientos mil trabajadores, para ese momento será
entonces la cuarta parte de la población la que se verá afectada; un
somero análisis de los datos de población y población económicamente
activa aportados por la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba (a) nos
da una mejor idea de la magnitud del problema:

-Para el año 2008 (datos disponibles anuario estadístico) la población
cubana alcanzaba 11.236.099 habitantes, de los cuales 5.027.900
definidos como población económicamente activa y ocupados (trabajando)
4.948.200., un 44% de la población. La cifra total de desocupados se
sitúa en 79.700 para una tasa de 1.6%, una de las más bajas del mundo.

-La relación: población total/población ocupada resulta en 2.27, cada
trabajador cubano es sostén económico de 2,27 personas.

-Una cesantía masiva correspondiente a medio millón de trabajadores va a
afectar de inmediato a 1.135.372 (un millón ciento treinta y cinco mil
trescientos setenta y dos) cubanos, un 10% de la población total.

-La supresión de puestos de trabajo hasta alcanzar la cifra de 1.300.000
afectará directamente a un estimado de 2.951.000 (dos millones
novecientos cincuenta y un mil) cubanos, una cuarta parte de la población.

Paradójicamente correspondió en esta oportunidad al sindicato único
cubano y no a los empleadores hacer el trabajo desagradable de dar a
conocer la noticia disfrazándola con el eufemismo de "actualización de
la economía" sin indicar que este tipo de medidas es consecuencia de lo
que universalmente se conoce como "catástrofe económica".

¿Cuál será el destino final de los próximamente despedidos?, ¿cómo
garantizar el sustento familiar en un país inmerso en una crónica crisis
económica sin posibilidades inmediatas de solución y cómo "escapar"
(sobrevivir) cuando falten los magros sueldos que al menos garantizaban
un nivel mínimo de subsistencia y civilización?, ¿qué hacer con los
miles de jóvenes que anualmente ingresan al mercado laboral convertidos
ahora en ex-futuros trabajadores?, son las preguntas que en la
actualidad abordan constantemente al cubano de a pie que aunque
acostumbrado a vivir de penuria en penuria durante decenas de años se ve
ahora, a raíz de este anuncio, ante la posibilidad de ser súbitamente
empujado a vivir en la miseria.

La respuesta a tales interrogantes no aparece clara, solo una tibia
convocatoria a cubrir plazas vacantes en segmentos deficitarios del
universo laboral (agricultura, construcción, policía, maestros) sectores
que arrastran la incómoda carga de bajos salarios y/o muy escasas
posibilidades de realización personal y elevación del nivel de vida
familiar –lo que los ha hecho muy poco atractivos como opción de trabajo
hasta el momento- o la incorporación hacia los segmentos económicos
denominados como de "trabajadores por cuenta propia" y
"cooperativistas", un adorno semántico empleado por la nomenclatura
cubana para denominar lo que en economía se conoce como "producción
mercantil simple"(b) o por estos lados como o cercana a la "economía
informal", nada nuevo en sí, viene de los siglos XVI ó XVII, está
caracterizada por:

--propiedad privada sobre los medios de producción (esto la acerca a la
clase "capitalista")

--el trabajo personal o familiar de los productores (clásicamente no
conlleva la participación de trabajo asalariado, no existe la
"plusvalía") y en este sentido está más cercano al "proletariado",
aunque en el caso cubano se va a permitir la contratación de mano de
obra de forma limitada. Es el modelo económico clásico de los pequeños
campesinos, artesanos y comerciantes.

Este último es el derrotero por el cual los actuales dirigentes de la
sociedad cubana pretenden enrumbar una parte significativa de la
economía con la cual satisfacer las apremiantes necesidades materiales
de la población, por supuesto está por ver de qué manera se conjugarán
la socavada economía socialista imperante en la últimas cinco décadas
con este injerto ampliado de economía capitalista primaria, las
relaciones monetario-mercantiles entre una y otra y con la sociedad en
su conjunto, las bases jurídicas sobre las que ha de estar
sustentada, los mecanismos fiscales-impositivos que le serán aplicados
y el impacto social que a corto y mediano plazo generará ya que se
presume que será a este sector a donde vayan a parar la mayoría de los
desplazados.

Que los cubanos "o no llegan o se pasan" es frase harto conocida
atribuida al Generalísimo Máximo Gómez (una de las figuras que más
admiro de nuestras Guerras de Independencia) y viene muy bien con el
pasado reciente y la actualidad económica cubana: la "ofensiva
revolucionaria" de 1968 borró casi todo vestigio de economía en manos
privadas y esta no reapareció sino hasta la década de los 90
(exceptuando un pequeño número de campesinos privados) luego del
derrumbe del campo socialista y el fin del modelo rentista dependiente
de la Unión Soviética; con una economía en ruinas un plan de medidas
que entre otras despenalizó el dólar, abrió las puertas a tímidas
reformas de mercado y a los capitales internacionales trajo el singular
fenómeno de permitir la supervivencia del régimen socialista gracias a
la economía capitalista pero solo eso, en el 68 "se pasaron" y en los
90 "no llegaron", diría Gómez. Lo limitado de estas reformas y la
posterior tendencia hacia su eliminación no permitió que generaran un
crecimiento o desarrollo endógeno apreciable de la economía cubana.

Con la aparición del nuevo benefactor venezolano, una vez más la
economía cubana entraba en un ciclo de relativa estabilización
gracias a la renta captada internacionalmente y daba marcha atrás a las
reformas de mercado de los noventa; las estadísticas muestran un
descenso paulatino de los trabajadores conceptuados privados, el año
2005 se reportó una cifra de 665,600, para el 2008 el reporte era de
602,100 (c) y otro tanto ocurría con la pequeña empresa privada que se
encontraba en un lento proceso de extinción impulsado desde el estado,
se estrangulaba la "tabla de salvación endógena" debido a una
extraordinaria falta de visión o de capacidad por parte de los
planificadores quienes no querían (o no podían) percatarse de las
fallas estructurales de la economía cubana que sufría un proceso de
deterioro como el del cáncer: lento pero inexorable, a la cual solo
habían aplicado remedios coyunturales.

Es ahora, a partir de la llegada a sus topes del financiamiento
venezolano conjugado con la crisis económica mundial, adversidades
climatológicas y los remanentes del embargo norteamericano que la
economía cubana revela la enorme magnitud del desastre en que se encuentra:

-iliquidez,

-millones de empleos superfluos,

-disminución drástica de las importaciones,

-efecto nocivo de la doble circulación monetaria, sobreevaluación del
CUC (d),

-disminución progresiva del peso de la industria en la formación del PIB
sustituida por la economía de servicios (turismo, exportación de mano de
obra calificada básicamente a Venezuela)

-precariedad del sector agrícola, destrucción de la agroindustria
azucarera, rama de la economía en la cual Cuba tenía una rica historia,
enorme experiencia y numerosas otras ventajas competitivas (clima,
suelo, geografía, capital humano, fábricas), obsolescencia del parque
industrial,

-imposibilidad de continuar manteniendo el enorme tamaño y control del
Estado sobre la economía.

Para añadir nuevas preocupaciones, los recientes resultados de las
elecciones legislativas en Venezuela (el principal socio comercial de
Cuba) presagian que a partir del próximo año no será tan fácil para el
actual gobierno de la nación sudamericana continuar con las
significativas ayudas a la isla del Caribe luego de haber perdido el
partido en el poder una jugosa tajada de la Asamblea Nacional, no se
necesita disponer de un excepcional talento para sacar la cuenta de que
los petrodólares venezolanos podrían estar en un equilibrio muy
inestable (e), esto ha disparado nuevamente las alarmas en La Habana
pero en esta oportunidad no solo del lado del pueblo sino también del
lado del gobierno.

La solución propuesta, como en ocasiones anteriores, va a ser la
introducción de reformas de mercado con las cuales intentar salvar una
vez más a la economía socialista en perenne crisis, se trata ahora de
saltar del socialismo implacable a formas capitalistas de producción y
comercio cuya magnitud exacta, medidas complementarias que pudieran
acompañarla (devaluación del CUC, búsqueda de fuentes de
financiación-¿externa?-, reformulación de las políticas salariales, de
jubilaciones y pensiones; reajustes en sectores claves para la imagen
política del gobierno como salud y educación, etc.), permanencia, y
evolución posterior están por ver así como si le serán aplicadas camisas
de fuerza cuando pasen de la producción mercantil simple a formas más
complejas de acumulación-concentración del capital.

En la coyuntura actual se trata de un experimento que llega tarde, la
duda es si funcionará (¿no llegarán o se pasarán una vez más?) porque
ni el socialismo ni el capitalismo se construyen a medias y resulta muy
poco probable que en el futuro aparezca una nueva Venezuela con ánimos
para continuar subsidiando el caos. Por lo pronto las alarmas están
encendidas desde el Consejo de Estado hasta la barriada más humilde de
La Habana.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=30190

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