HOLGUÍN, Cuba, 15 de octubre (Yosvani Anzardo, Candonga /
www.cubanet.org) - La proliferación de los peces conocidos como clarias,
como especie invasora dominante en el país, ha dado un duro golpe a la
fauna autóctona. Los voraces peces de aspecto desagradable no tienen
dientes, pero comen cualquier cosa, sobre todo a otros animales, vivos o
muertos, pues son carroñeros. Habitan en cualquier sitio de agua dulce
sin importar el nivel de contaminación de las mismas.
Las autoridades no divulgan las imágenes de los peces para no incentivar
la creencia de que son antropófagos. La fantasía popular ubica las
clarias como única especie en Cuba capaz de devorar seres humanos, algo
poco probable.
Las que son criadas en presas y estanques se venden a la población, pues
su carne es apreciada por su buen sabor y alto valor nutritivo.
A pesar de la voracidad de estos peces ya legendarios, no tienen
posibilidades de ganar ante el hambre de los cubanos, que los cazan en
cualquier parte.
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