Wednesday, October 06, 2010

Confirmación de una nueva época

Confirmación de una nueva época
Miriam Leiva

LA HABANA Cuba, octubre (www.cubanet.org) - Evidencia de los nuevos
tiempos es el marcado interés de los dignatarios latinoamericanos en
demostrar distancia respecto a los dirigentes de Cuba.

Las recientes Reflexiones de Fidel Castro denotaban su intención de
caldear el ambiente democratizador prevaleciente en América Latina,
fortalecer el papel de Hugo Chávez, maltrecho luego de las elecciones
parlamentarias del 26 de septiembre, y reivindicar a Piedad Córdoba.
Pero no ayuda a la senadora colombiana, al defender al mismo tiempo a
las FARC, glorificar al fallecido Manuel Marulanda (Tiro Fijo), y
calificar de burdo y bochornoso asesinato la muerte del jefe militar
narco-guerrillero Jorge Briceño (Mono Jojoy).

"Los líderes latinoamericanos con más prestigio son Chávez y Evo; y
Obama no tendría más alternativa que condenar el golpe de Estado en
Ecuador", según sus Reflexiones del 1 de octubre. Inclusive la
declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores sobre el intento de
golpe de estado en Ecuador, leída por el Canciller Bruno Rodríguez "por
instrucciones del Presidente" ante corresponsales extranjeros convocados
con urgencia, contiene las opiniones de Raúl Castro más agresivas hasta
el momento: "Emplazo al gobierno de los EE.UU, a que se pronuncie contra
el golpe de estado. Su vocero sólo ha dicho que 'sigue de cerca la
situación.' Una omisión en ese sentido lo haría cómplice del intento de
golpe". Ya por entonces se conocía la condena de Hilary Clinton y la
votación unánime en la OEA.

La reacción solidaria de los mandatarios latinoamericanos y el
acompañamiento de la administración de Estados Unidos frente al conato
de golpe de estado en Ecuador, el 30 de septiembre, ha demostrado la
voluntad de entendimiento y el progreso efectivo de la democracia por
encima de las diferencias de ideologías y enfoques políticos. Pero lo
más notable fueron las palabras del Presidente Rafael Correa
inmediatamente después de su liberación del secuestro por la policía en
el hospital. Agradeció el apoyo, mencionando, en primer término, a José
Luís Rodríguez Zapatero y otros homólogos latinoamericanos. Fidel y Raúl
Castro no estuvieron entre ellos, ni siquiera una referencia a Cuba.

El sagaz ecuatoriano marcó claramente su independencia respecto de la
agresividad cubana y el populismo venezolano y boliviano, en un momento
difícil y muy definitorio para las fuerzas políticas de su país y la
comunidad internacional. Con cultura y fogueo internacional antes de
llegar a la presidencia, su aspiración de trascender es pragmática y
técnica. Esto se aprecia en expresiones como: "Nosotros creemos, y esto
es una diferencia con los ejemplos más extremos del socialismo
tradicional, que es ineludible reconocer el mercado como una realidad
económica, La izquierda del todo o nada, que termina con nada, se queda
en el status quo".

La unidad de las Américas en apoyo al Presidente Correa demuestra la
resolución de no permitir la reversión de los avances de la democracia y
la gobernabilidad. Augura el destierro del caudillismo y la impunidad,
aunque todavía hay mucho que transitar y tendrá que defenderse la justa
aplicación del sistema jurídico, como ahora en Ecuador al juzgar a los
instigadores del golpe de Estado, a fin de que no se aproveche para
eliminar adversarios incómodos injustamente.

Esto también es una demostración a los dirigentes cubanos sobre el
rechazo a las dictaduras y a la confrontación verbal o armada, así como
la pérdida de su influencia en el área, donde incluso son apreciados
como compañías perjudiciales. El gobierno de Cuba aún tiene oportunidad
de adecuarse a los nuevos tiempos y recomponer sus relaciones al abrirse
sinceramente al mundo.

http://www.cubanet.org/CNews/year2010/Oct2010/06_C_1.html

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