Thursday, October 14, 2010

DESTRUYERON MI VIDA PARA JUSTIFICAR EL ROBO DE MIS PROPIEDADES

"DESTRUYERON MI VIDA PARA JUSTIFICAR EL ROBO DE MIS PROPIEDADES"...
14-10-2010.
Jaime Leygonier
Periodista Independiente, Hablemos Press

(www.miscelaneasdecuba.net).- Una profesora de Educación Física al
regresar de trabajar en Venezuela recibió las cajas con sus compras de
manos de las autoridades cubanas responsables de esa custodia y
transporte, faltaban artículos de su propiedad y de una compañera suya,
reclamó, salió acusada ella misma y tras decomisos arbitrarios aguarda
una condena de 4 años de prisión, según declara.

La licenciada en Cultura Física Mercedes María Martínez Carvajal, de 47
años de edad, raza negra, vecina de calle 124 # 6509, pueblo habanero
de El Mariel, es madre de dos hijos, uno con retraso mental.

Carece de antecedentes penales, por su trabajo recibió durante 27 años
la máxima evaluación de sus superiores: M.B., y en 1985 la medalla
Servicio Distinguido que le impuso el Gral. Senén Casas Regüeiro.

Fue una de los miles de cubanos que envía el Gobierno al extranjero en
auténtica reedición del alquiler de esclavos: El Estado cobra por el
trabajo de ellos, les prohíbe toda libertad de movimiento y hasta el
libre envió de los artículos que compran con su salario.

Muchos profesionales ven en esa super-explotación su única oportunidad
de viajar y progresar ganando algunos dólares que ahorran con
privaciones para comprar lujos prohibitivos en Cuba, como equipos
electrodomésticos, ropa y zapatos:"La pacotilla".

El Gobierno no permite a los internacionalistas enviar sus compras, son
las autoridades de "la misión" quienes las almacenan - a veces 11 meses
- la embarcan y entregan a un jefe del propietario en la aduana del
Puerto de La Habana.

Tras 20 meses y 3 días de esa "misión internacionalista" Mercedes
Martínez regresó a Cuba en diciembre del 2008.

El superior Sergio Alejo Cuesta Arozarena, que debía entregarle sus
cajas con sus compras, la visitó y le dijo que por repentina apendicitis
no podía retirarlas de la aduana para entregárselas y lo haría al salir
de su operación quirúrgica.

Mercedes Martínez corrió a la aduana con su familia, alarmada por
noticias de robos de los paquetes bajo responsabilidad de las
autoridades de "la misión" y aduanales.

Únicamente Cuesta Arozarena podía retirar las cajas propiedad de
Mercedes, pero ella insistió alegando los robos y el responsable del
almacén le entregó sus cajas previo recibo y sin permitirle abrirlas
para verificar el contenido.

Ya en su casa con sus cajas advirtió Mercedes el embalaje alterado y al
abrirlas encontró que faltaban equipos, ropa, zapatos y diversos
artículos (licuadora, batidora, docenas de pantalones, sábanas y
camisetas) - en su lugar colocaron ropa inservible, piedras y pedazos de
poli- espuma.

Entre sus cosas venía un paquete de otra compañera que quedó en
Venezuela. El hijo de ésta lo recogió en el hogar de Mercedes y aunque
ella le explicó el robo y le dijo que lo abriera allí y chequeara su
contenido el joven se negó y se lo llevo sin abrirlo. Al día siguiente
presentó su queja de "revolucionaria internacionalista" ante las
autoridades de Cuba-Deportes. El joven acudió, también le habían robado.

Al día siguiente Mercedes Martínez fue arrestada en su hogar; la policía
en el cuartel de El Mariel le impuso un careo en que el joven y otros
dos familiares la acusaron de ladrona y "contrarrevolucionaria", salió a
las 12 de la noche previo pago de $1000 pesos de fianza.
Relata Mercedes Martínez: "El jefe Cuesta Arozarena presentó unas
declaraciones juradas falsas de mi equipaje como que todo estaba
correcto, son falsas por tachaduras y letra ajena a la mía, como
demostró prueba grafológica, pero en el juicio las aceptaron como
válidas y no a las verdaderas en mi poder. Desde el principio reclamé
una prueba de mi letra que demostrara la falsedad de esos papeles y lo
que conseguí fue que a la escuela en que trabajo llegara sonando la
sirena un auto de la policía a sacarme de la clase y llevarme al pueblo
de Caimito para la prueba gráfica que demostró que no era mi letra".

En 12/2OO8 acudió a la Fiscalía General de la República, por lo que
consideró maltratos en la Fiscalía Provincial y cuenta que un veterano
fiscal, Herranz, le aconsejó:"Tienes que moverte, porque te quieren
chivar"(perjudicar).

La policía la citó con frecuencia, registraron su hogar y, la primera
vez, encontraron que todos los artículos estaban en regla, según la
declaración jurada del embarque y le aconsejaron que no buscara abogado,
la segunda volvieron de parte de la mayor Sonia y el policía Liosmani
Pérez Rosales se llevó la computadora bajo amenaza de acusarla por
desacato si se negaba.

Cuenta Mercedes Martínez: "Dijo que se la llevaba sólo por 3 días para
examinarla, jamás la volví a ver, corrí a la Jefa de la Fiscalía del
Mariel, Carmen C. Malagón y se echó a llorar:"Yo tu caso no lo conozco,
me siento culpable de haber autorizado a la mayor Sonia para el registro
porque yo no he visto tu expediente". Si yo hubiera robado los equipos
¿iba a adornar mi casa con ellos y acudir a protestar de los robos
confiadamente?"

"Vivo una pesadilla, escribí y acudí a todas las instancias hasta dos
veces: Departamento técnico de Investigaciones en 100 y Aldabó y
Atención a la Población del Ministerio del Interior a denunciar a la
mayor Sonia, Fiscalía Provincial y Fiscalía General de la República,
Consejo de Estado, en vano, en la Fiscalía Provincial me decían que la
Fiscalía General ya me había respondido, pero nunca vi la respuesta. El
juicio fue el 6 de octubre en el Tribunal Provincial de La Habana, en
Artemisa, me comunicarán la sentencia el 13 de noviembre, me contaron
desde antes que la fiscal Niurka Tabares Valdés hablaba mal de mí y
compadecía a los que, según ella, yo había robado, me trató
agresivamente, igual la jueza Migdalia Peñalver que me impedía hablar
cuando yo quería explicar".

"La policía ha hecho de mi lo que le ha dado la gana, me han humillado,
nadie me maltrató tanto nunca, me enfermaron de los nervios, sufrí un
pre-infarto, mi hijo menor, R.M." (retrasado mental) "está alterado, el
mayor también, hasta suspendió asignaturas en la universidad, me han
destruido y a mi familia, en mi trabajo, la ESPA (Escuela de Iniciación
Deportiva)de Artemisa, no me han dicho nada pero están reduciendo
plantillas y hoy pusieron en mi puesto a un joven sin mi antigüedad y
capacitación, sospecho que sin sancionarme me van a botar, la fiscal
pidió una condena de cuatro años con internamiento aunque carezco de
antecedentes penales, el abogado defensor sostuvo mi inocencia y buena
conducta como trabajadora revolucionaria e internacionalista.
Periodista, ponga que lo principal es que tienen que devolverme mis tres
equipos: la computadora, la nevera y el equipo de música".

La acusada invoca méritos de lealtad "revolucionaria" que le inculcaron
la hacen "confiable"- un denunciante le dijo "contrarrevolucionaria" -
no sale de su estupor de que ya no valen esos méritos en este pantano
"revolucionario" en que imperan la corrupción, la desprotección legal y,
para no reconocerlo, el sistema apaña los atropellos de cualquier
policía y autoridad.

Al borde de la cárcel de mujeres, lo menos que debería preocuparle a
Mercedes son sus tres equipos: pacotilla por la que se esforzó y que en
vez de felicidad le atrajo policías rapaces y acusaciones tramitadas con
celeridad inusual en los meandros del sistema legal de Cuba.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=30258

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