Tuesday, October 19, 2010

EL ESPIONAJE CUBANO EN ESTADOS UNIDOS

EL ESPIONAJE CUBANO EN ESTADOS UNIDOS
19-10-2010.
Pedro Corso
Editor, escritor y periodista

(www.miscelaneasdecuba.net).- El régimen cubano aunque ha hecho el papel
de victima de Estados Unidos por más de cinco décadas, ha recurrido a
numerosos y variados recursos para espiar, o al menos influenciar, en el
gobierno y la clase dirigente de este país.

Aun antes de llegar al poder, los partidarios de Fidel Castro que
militaban en el Movimiento 26 de Julio constituyeron células en las
ciudades más importantes de la Unión Americana que a la vez que apoyaban
a los insurgentes, buscaban influenciar en los medios y la clase
dirigente, particularmente en las Universidades.

Una parte de los que integraron las delegaciones del M-26 de Julio
regresaron a la isla al triunfar la Revolución, pero un sector
importante permaneció en Estados Unidos, sirviendo al castrismo mientras
creyeron en el Proceso.

En ese periodo fundaron grupos de influencia que se pusieron a la tarea
de defender en todas las instancias y de diferentes maneras el proceso
revolucionario y en particular a Fidel Castro, que de hecho para los
partidarios del dictador cubano eran una sola entidad.

Tan temprano como el 28 de septiembre de 1960 en un discurso a su
regreso de Naciones Unidas el dictador cubano reconoció que se había
creado en el país del norte grupos defensores de su proyecto, dijo,
"muchos ciudadanos norteamericanos, sobre todo hombres de pensamiento
libre, escritores ilustres, gente honesta que han tenido el valor de
expresar públicamente allá mismo sus simpatías por la Revolución Cubana
a través de un Comité Pro Justo Trato para Cuba".

Agrupaciones similares a esta, con diferentes nombres pero iguales
objetivos fueron creadas a lo largo y ancho del país, Lee Harvey Oswald,
el asesino del presidente John F. Kennedy, dirigió una de ellas. Las
universidades y los sectores intelectuales siempre fueron objetivos
priorizados.

Cuba fue punto de encuentro para los estadounidenses contrarios al
sistema. Uno de los que participó en estos eventos fue Jack Barnes, que
a su regreso a Estados Unidos se afilió a la Alianza de la Juventud
Socialista y al Partido Socialista de los Trabajadores con el objetivo
de seguir el ejemplo de Cuba y, como decía, hacer una revolución
socialista en la tierra de Lincoln.

El Departamento de Estado de Estados Unidos publicó en el 2008, una hoja
informativa en la que expone parte la trayectoria del espionaje cubano
y expone ejemplos de las actividades de los agentes castristas. El
informe demuestra que la Cuba totalitaria no es una víctima de
Washington como pretende hacer notar constantemente, sino que Estados
Unidos ha sido blanco de intensas actividades de espionaje por parte del
gobierno de La Habana.

Algunas secciones del informe refieren:
Ana Belén Montes, analista de la Agencia de Inteligencia para la Defensa
de Estados Unidos, confesó haber espiado para Cuba durante 16 años,
1985-2001, cuando fue arrestada. Entre otras informaciones Belén Montes
suministró al gobierno cubano los nombres de cuatro funcionarios
estadounidenses de inteligencia que trabajaban en Cuba y recopiló
textos, documentos y materiales para entregarlos ilegalmente al gobierno
de cubano.

Espías de la isla, conocidos como la Red Avispas, fueron declarados
culpables o confesaron haber espiado o cometido delitos conexos. El
grupo trató de infiltrar la sede del Comando del Sur de Estados Unidos.
Uno fue condenado por haber entregado un mensaje al gobierno cubano que
contribuyó a la muerte de cuatro aviadores de Hermanos al Rescate, cuyos
naves fueron derribados en 1996 por aviones MIG cubanos en el espacio
aéreo internacional.

Un funcionario de Inmigración estadounidense, Mariano Faget, pasó
información sensible a un socio comercial vinculado a la inteligencia de
Cuba. Como consecuencia de este caso, dos diplomáticos cubanos fueron
expulsados de Estados Unidos por actividades de espionaje.

Durante un período de 15 años, de 1983 a 1998, 15 miembros de la misión
cubana ante las Naciones Unidas fueron expulsados por actividades de
espionaje, entre ellos tres que operaban en la Red Avispas que fue
apresada en 1998.

Los espías cubanos también tuvieron éxito al penetrar la organización
Hermanos al Rescate. El agente infiltrado en la agrupación radicada en
Miami fue Juan Pablo Roque, un ex piloto de aviones MIG-23, que había
desertado en 1992 y que logró convertirse en un informante pagado por el
FBI.

Roque desertó otra vez, pero en esta ocasión a Cuba, el mismo día del
derribo del avión de Hermanos al Rescate en febrero de 1996. Manipulando
los hechos el espía y traidor denunció en La Habana al grupo y lo acusó
de planear ataques terroristas contra el país.

Un ejemplo similar es el caso de José Rafael Fernández Brenes, quien en
1988 abandonó un buque mercante cubano. De 1988 a 1991 trabajo en TV
Martí, cuyas señales fueron interferidas desde su comienzo, debido en
parte a la información sobre la frecuencia y especificaciones técnicas
suministrada por Fernández Brenes.

Un caso no presente en el informe es el del profesor universitario
Carlos Álvarez, doctor en Psicología Clínica y profesor asociado al
Departamento de Estudios de Liderazgo y Política Educacional y su
esposa, la sicoterapeuta especializada en tratamiento de grupo y
coordinadora del programa de capacitación en el área social, Elsa
Prieto. Ambos fueron acusados y condenados por espiar contra Estados
Unidos a favor del gobierno de Cuba. Enviaban y recibían mensajes
cifrados a la isla. Según la acusación Álvarez había espiado para Cuba
desde 1977 y su esposa desde 1982.

Por último y, por ahora, el matrimonio compuesto por Walter y Gwendolyn
Myers, espió por 30 años a favor del régimen de La Habana. Myers que
trabajó por tres décadas en el Departamento de estados de Estados
Unidos, aceptó junto su esposa la responsabilidad de espiar para Cuba a
cambio de una reducción de condena.

Pero antes de cerrar estos apuntes hay que valorar las declaraciones del
teniente coronel Chris Simmons, un oficial de contrainteligencia del
Ejército de Estados Unidos que declaró a The Miami Herald que entre 9 y
18 meses después del desmantelamiento de la red Avispa, 1998, el número
de agentes y oficiales de inteligencia cubanos en el estado de La
Florida había regresado a niveles anteriores a la captura de esa red.

Es una realidad que el espionaje practicado por el régimen castrista
contra Estados Unidos demanda un trabajo mas amplio, pero de momento
solo entregamos estos apuntes que permiten apreciar el nivel de
ingerencia de Cuba que, para ser preciso, no solo se ha limitado a
espiar, sino también a respaldar grupos violentos que practicaron el
terrorismo como los Panteras Negras y Los Macheteros.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=30292

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