Friday, October 08, 2010

Entre la inquietud y la esperanza

TRABAJO-CUBA

Entre la inquietud y la esperanza
Por Patricia Grogg

LA HABANA, 7 oct (IPS) - La drástica reorganización laboral emprendida
por el presidente de Cuba, Raúl Castro, mantiene a la población entre
preocupada, por la posibilidad de perder el empleo, y expectante, por el
real alcance de la apertura a la actividad privada, que según estimados
podría acoger inicialmente a unas 250.000 personas.

Según lo previsto, las inscripciones para ejercer alguno de los 178
oficios por cuenta propia autorizados deben comenzar este mes. Pero
funcionarios del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y de la
Oficina Nacional de Administración Tributaria dijeron a periodistas
desconocer detalles al respecto.

Tampoco ha sido publicada la resolución del Ministerio de Finanzas y
Precios, que establece el monto de los impuestos a pagar. "Quiero saber
cuánto me costaría tener una licencia. Si los impuestos son muy altos,
trataré de seguir como hasta ahora", comentó Caridad, modista desde hace
varios años.

El gobierno se propone prescindir de medio millón de plazas laborales de
aquí al primer trimestre de 2011, con el argumento de aumentar la
eficiencia y la productividad del trabajo, lo cual considera
imprescindible para elevar los salarios y "sostener los enormes gastos
sociales" de su sistema socialista.

El reordenamiento laboral implica lograr que al menos 80 por ciento del
personal esté vinculado directamente a la producción, servicios u otra
actividad considerada fundamental.

El trabajador declarado "disponible" puede optar por plazas en la
agricultura, la construcción o la policía, que hoy presentan déficit de
personal, o el trabajo autónomo.

Según las autoridades, la eliminación de las plantillas infladas,
subsidios excesivos y gratuidades indebidas, unida a liberar al Estado
de un grupo de actividades, deben permitir el financiamiento de los
incrementos de salario en el futuro inmediato, una reivindicación muy
esperada en ese sector laboral.

"Yo no quiero ser policía, ni entiendo por qué debo dejar la capital
donde vivo desde que nací para trabajar en el campo. Tampoco tengo
dinero para emprender un oficio por cuenta propia. No sé qué voy a hacer
si pierdo mi empleo", dijo a IPS un joven afrodescendiente de 26 años
empleado de servicios en un hotel capitalino.

Castro aclaró en agosto que "nadie quedará abandonado a su suerte" y que
se apoyará a quienes "realmente no estén en capacidad de trabajar (en
otros empleos)". Pero ni las palabras del gobernante ni las asambleas
explicativas realizadas en los centros de trabajo han logrado
tranquilizar a los trabajadores que temen quedar entre los excluidos.

"Es una preocupación lógica. Romper con 50 años de paternalismo estatal
no es fácil, pero este ajuste de las fuerzas productivas es
absolutamente necesario, si queremos mantener otras cosas que son
valiosas, como la gratuidad de los servicios de salud y la educación",
comentó a IPS un economista cubano que no quiso ser identificado.

Estimaciones oficiales indican que sólo en esos dos sectores se emplea
46,7 por ciento de los gastos corrientes del presupuesto del Estado,
urgido por tanto de nuevas fuentes de ingreso. El derecho de la
ciudadanía a disfrutar de manera gratuita de servicios educacionales y
sanitarios está garantizado por la Constitución.

El arzobispo de la Habana, cardenal Jaime Ortega, no deja de admitir las
inquietudes ante la posibilidad del despido, especialmente entre los que
"tienen algún cargo burocrático", pero considera a la vez que "hay un
poquito de expectativa sobre los cambios y el éxito que puedan tener
(...), y en algunos hay aceptación".

En personas "con capacitaciones especiales que los hacen aptos para una
pequeña empresa, un pequeño negocio (...) puede haber alegría o
entusiasmo", comentó a periodistas Ortega, quien ve un giro "en sí mismo
positivo" en el "planteamiento de las dificultades económicas de Cuba y
cómo superarlas".

Sin embargo, muchas personas han reaccionado con poco entusiasmo ante la
ampliación de posibilidades de trabajo independiente. En parte porque ya
ejercen alguno de los oficios sin pagar licencia ni impuestos por
ingresos personales o bien porque se prevé que estos gravámenes serán
mayores.

En documentos filtrados a medios extranjeros de comunicación se sostiene
que las propuestas impositivas incluyen impuestos por ingresos
personales, sobre ventas o servicios, por utilización de fuerza de
trabajo, contribución a la seguridad social y tasa por anuncios y
propaganda comercial en los casos que corresponda.

El monto de los gravámenes iría de 10 a 40 por ciento y serían pagados
en moneda nacional en todos los casos, pues cuando se opere en pesos
convertibles (CUC), la divisa libremente convertible de circulación
nacional, se aplicará la tasa de cambio vigente en CADECA.

En esas casas estatales de cambio, el CUC equivale a 24 pesos. Según
cálculos preliminares del grupo de estudios tributarios, la entrada al
cuentapropismo de 250.000 personas significaría un aporte al presupuesto
del Estado de 1.000 millones de pesos a partir de 2011.

Algunos economistas consultados consideran esa meta demasiado ambiciosa
y poco estimulante para el ingreso masivo a esa alternativa laboral. "El
régimen tributario debería ser más discreto, al menos en una primera
etapa, para dar lugar a que las personas comprueben los beneficios",
comentó una fuente académica.

Las informaciones oficiales disponibles hasta el momento permiten
adelantar entre los aspectos novedosos de la apertura al trabajo por
cuenta propia, la libre subcontratación de mano de obra en 83
actividades y la derogación de regulaciones que impedían, entre otras,
la renta de viviendas completas en divisa, así como de automóviles.

Esas facultades en materia de alquiler se extienden inclusive a personas
que tienen autorización para residir en el extranjero o a quienes salgan
del país por más de tres meses. También se estudia la posibilidad de que
los cuentapropistas puedan acceder a un crédito bancario para echar a
andar la actividad escogida.

Para analistas, todas estas medidas empiezan a abrir una puerta que
puede llevar a resoluciones más audaces, aunque en lo inmediato, el
reajuste laboral y sus consecuencias genera nuevas tensiones en la
familia cubana, especialmente en aquellas encabezadas por personas de
menor preparación profesional.

http://www.ipsnoticias.net/interna.asp?idnews=96610

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