Tuesday, October 12, 2010

TIEMPO PARA RECUPERAR

TIEMPO PARA RECUPERAR
12-10-2010.
Elías Amor Bravo
Economista ULC

(www.miscelaneasdecuba.net).- Del torrente de noticias confusas y
arriesgadas que todos los días nos llegan de Cuba, hoy quiero aprovechar
la ocasión para mostrar mi satisfacción por dos acontecimientos recién
ocurridos, que quiero brevemente analizar.

De un lado, la recuperación de la guayabera como vestimenta oficial de
las autoridades y la diplomacia cubana. De otro, la reinstauración de la
Academia de la Historia de Cuba.

Dos noticias que tienen un significado común, y que se insertan en el
despliegue de iniciativas que ha desplegado Raúl Castro para definir,
dentro de sus márgenes muy estrechos, un estilo de gobierno distinto al
de su hermano.

Porque, efectivamente, a él debemos, cómo no, la desaparición de la
guayabera de la oficialidad cubana, y la utilización del temido verde
olivo en sus distintas apariciones públicas. En la década de los 60, no
vestir a esa usanza era casi un síntoma de peligroso
contrarrevolucionario. Los niños que se negaban a usar la pañoleta de
pioneros o los adultos que no se vestían de verde olivo, se arriesgaban
a sufrir el acoso, bajo la fórmula institucional de los "juicios
populares" callejeros.

Mientras tanto Fidel Castro siempre aparecía vestido con aquel uniforme
de mangas largas que aventuraba una sensación de terrible calor, añadida
al clima de la Isla. Incluso, la imaginería popular llegó a especular
con las dimensiones y la confección de aquel traje seudomilitar horrendo
dentro del que se adivinaban, e intuían, chalecos anti balas y todo tipo
de despropósitos para alimentar una leyenda vacía y carente de sentido,
sobre un posible atentado.

El "caballo" galopó durante casi cinco décadas con una vestimenta
asociada a su "revolución" y al emblema del 26 de julio, mezclando los
entorchados de un vulgar dictador lleno de estrellas con la parafernalia
comunista de sus eternos admirados. Eran los tiempos de la hegemonía
soviética en la Isla, por cierto, ¿Dónde están las hoces y los martillos
o los retratos de Lenin y Marx que enfangaban las calles de las
principales ciudades de Cuba? O se los tragó la tierra, o alguien se ha
encargado de hacerlos desaparecer. ¡Qué lástima! Pensarán algunos, con
lo divertido que habría sido enviar toda esa demagogia comunista a la
basura como hicieron los europeos del Este en un ataque de rebeldía no
contenida contra sus opresores. Hay quien piensa que en Cuba, cuando ese
feliz momento llegue, nadie, muy poca gente, se acordará del gran drama
social y humano creado por el régimen castrista. Ojalá sea así, por el
bien de todos los cubanos.

Fidel Castro mantuvo durante varias décadas esa imagen de represor
general del estado, vestido de verde olivo militar, con botas y gorra,
hasta que se produjo la visita del Papa Juan Pablo II y entonces, en lo
único que sabe hacer muy bien, esos alardes de propaganda política que
le caracterizan, sustituyó la decadente uniformidad verde olivo por un
elegante traje gris marengo con corbata que posteriormente fue
utilizando en diversos actos y recepciones.

Ahora su hermano ha aprovechado la ocasión para devolver la guayabera al
papel que debió siempre tener en la vida social y política de la Isla.
No me parece una mala idea; a ver si ahora el tendero de la esquina
sustituye el nombre "Cubanas" por el de "Guayaberas" cada vez que
publicita el producto.

En cuanto a la recuperación de la Academia de la historia, no puedo
estar más que de acuerdo con esta iniciativa. Lo único que temo es que
se intente realizar una interpretación malévola y distorsionada de la
historia de la república en sus primeros 51 años de existencia. Esta es
una práctica bastante generalizada en las escuelas "ejemplares" del
castrismo, en las que a los cubanos se les adoctrina, no se les enseña,
sobre un pasado irreal cuya salvación tras una grave crisis, se produjo
con la llegada de la revolución. Una de las sorpresas más grandes de
cualquier cubano que se exilia en el exterior es comprobar cómo la
versión que le han dado de la historia de su país, dentro de la Isla, no
tiene nada que ver con la que se conoce fuera.

Ojalá que esta academia, inspirada en la institución fundada por los
libertadores hace ahora un siglo, y eliminada como otras muchas cosas
por la "revolución", consiga situarse en el lugar que le corresponde y
desarrollar sus funciones con independencia y sabiduría, por el bien de
todos los cubanos. Para que esa ignorancia del pasado no se convierta en
una pesada huella para el futuro.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=30209

No comments: