08-10-2010.
Dania Virgen García García
Periodista Independiente
(www.miscelaneasdecuba.net).- El pasado 28 de septiembre, en La Habana,
amanecieron obstruidas las principales arterias y vías en la entrada de
la ciudad. Transportes desviados de sus rutas, parqueos obstruidos,
zonas limitadas…Un ejemplo gracioso: Vicente, el funcionario diplomático
español que sigue el proceso de los excarcelados prisioneros de
conciencia, no hallaba donde estacionar su auto para llegar a pie hasta
sus oficinas de trabajo.
Ese día, Fidel Castro presidió un acto conmemorativo de la creación de
los Comité de Defensa de la Revolución. El acto estuvo caracterizado por
los lemas y frases patrioteras ya usuales en el escenario político
cubano. Artistas de vergonzosa complicidad tomaron parte.
Tras la retórica y la imagen que se trató de dar, estaba ahí, ignorada y
en silencio, la tragedia de la separación de las familias, los
encarcelados, los problemas sociales, el régimen de exclusión y por si
fuera poco, una lista de desaparecidos en el mar mantenida en secreto.
El otrora palacio presidencial fue testigo de la celebración a cargo de
quien recientemente aceptó la responsabilidad histórica en las
persecuciones y confinamientos de personas en los campos de Camagüey en
las llamadas Unidades Militares de Ayuda a la Producción.
El acto celebró además la creación de la organización que agrupó a
quienes en un pasado no muy lejano agredían a las personas y apedreaban
las viviendas de los que pretendían irse a los Estados Unidos, quienes
fueron objeto del desprecio social y las agresiones físicas.
Los dinosaurios del poder en Cuba celebraron la creación de un mecanismo
represivo muchas veces utilizado para el control y seguimiento de la
oposición política, cuya complicidad ha sido utilizada para planes
macabros donde se conforman grupos destinados a reprimir violentamente a
quienes piensen distinto.
Pero las miradas no pudieron disimular la incertidumbre que representa
el decrecimiento de la juventud en tal organización. Esos jóvenes que
escuchan con indiferencia la verborrea política, tendrán el deber de
cerrar este capítulo ridículo y penoso en la historia cubana.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=30188
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